Contenido de esta página:

Elementos primarios de las baterías

Elementos secundarios de las baterías

Baterías Smart

Manipulación de baterías de Li


Actualmente predominan los elementos secos, en los que el electrolito ya no es líquido, si no que se ha aglutinado en un gel de electrolito. (se habla también de electrolito "inmovilizado")

 

ELEMENTOS PRIMARIOS DE LAS BATERÍAS

Cinc-Carbón
La clásica batería de cinc-carbón sigue siendo una alternativa económica frente a la batería de álcali-manganeso o la de acumuladores. Sin embargo. poco a poco los crecientes requisitos de capacidad y entrega de potencia van desplazando a este tipo de baterías. El elemento de cinc-carbón está formado por un electrodo de carbón con un recubrimiento de peróxido de manganeso (MnO2). que absorbe el hidrógeno que pueda aparecer. Como electrolito se utiliza una solución de sal de amoníaco espesada. Un vaso de cinc forma el electrodo negativo. Durante la descarga se disuelve paulatinamente este revestimiento de cinc, de tal forma que en una batería vacía cabe la posibilidad de que se salga electrolito. Se obtiene una mayor capacidad con el sistema de cinc-cloruro. que es una variación de la ya descrita batería de cinc-carbón.

Cinc-Aire
En las baterías de este tipo reacciona oxígeno, el cual puede entrar en el elemento a través de unas pequeñas aberturas, con un cátodo catalítico y un ánodo de cinc. Gracias a que tiene un cátodo muy estrecho se dispone de relativamente mucho espacio para el material del ánodo. Por medio de esto, las baterías de cinc-aire obtienen una capacidad de los elementos relativamente elevada. En el campo de las aplicaciones de consumo representan la densidad energética más elevada, por ejemplo en audífonos, en donde son importantes las dimensiones más pequeñas, unas elevadas capacidades y una característica de descarga plana. Los elementos de cinc-aire tienen una elevada resistencia óhmica y por ello son adecuados para aplicaciones con las mínimas corrientes de carga. El elemento se activa extrayendo el sello de obturación a través de las aberturas de entrada de aire. En estado sellado, las baterías de cinc-aire pueden almacenarse durante un tiempo casi indefinido.

Mercurio
En muchas baterías comerciales se ha podido reducir el contenido en mercurio hasta el límite de comprobación -no así en las pilas de botón, que a pesar de sus mínimas dimensiones deben poseer una estabilidad de tensión, una elevada densidad energética y un rendimiento excepcional. Los sistemas de mercurio se han conformado a partir de un par de óxidos de cinc/mercurio. Entregan unas tensiones de funcionamiento estables de entre 1,35 y 1,4 V por elemento. A temperatura ambiente, estas pilas (de botón) tampoco pierden un valor importante de su capacidad si se las almacena durante largos períodos de tiempo: después de un año y medio a 20ºC, su capacidad sigue siendo el 95% de su valor inicial.

Oxido de plata
En los sistemas de óxido de plata lo más característico es una curva de descarga muy plana. Las pilas disponibles en forma de elementos de botón tienen una tensión nominal de 1,5 V y se utilizan sobre todo en relojes de pulsera de cuarzo y en el campo de la fotografía. A temperaturas ambiente, estas baterías pueden almacenarse hasta dos años.

Dióxido de litio-manganeso
El metal ligero litio juega un papel cada vez mayor en la fabricación de baterías y acumuladores, ya que entrega una tensión tres o cuatro veces mayor de lo que es posible con otros materiales. Al principio sólo existían baterías de litio como elementos primarios. Fue en 1993 cuando se dio, con los acumuladores ligeros de iones de litio en Camcorder, el salto al campo de los elementos secundarios. En los elementos primarios de LiMnO2 se combina un ánodo de litio con un cátodo de dióxido de manganeso. Este elemento se ha conformado totalmente sin agua, porque el electrolito se ha disuelto en una sustancia orgánica. Como consecuencia de ello, en estos elementos tampoco se produce hidrógeno. La salida de corriente de los elementos de LiMnO2 se sitúa en el margen situado entre unos pocos mA y varios cientos de mA. Por ello se emplean en unas aplicaciones, en las que circulan unas corrientes de carga muy escasas, a las que sin embargo se superponen unos impulsos de corriente mayores.

 

ELEMENTOS SECUNDARIOS

Níquel-Cadmio
El elemento secundario más conocido, junto con el acumulador de plomo, es el acumulador de níquel-cadmio (NiCd). Con él nos encontramos casi a diario, por ejemplo en máquinas de afeitar, al trabajar con destornilladores de acumuladores o en la electrónica comercial. Los acumuladores de NiCd, que tienen una tensión nominal de 1,24 V, se emplean también habitualmente como sustitutos de las baterías comerciales de cinc-carbón o álcali-manganeso en el sector de los electrodomésticos o de los hobbys. Los acumuladores de NiCd están formados por un electrodo positivo de láminas sinterizadas o de espuma metálica, que se combina con un electrodo negativo de electrodepósito. Estos electrodos altamente porosos se han bobinado en elementos redondos con forma de espiral, formando una potasa cáustica el electrolito del elemento.
Las ventajas especiales del acumulador de NiCd estriban en su reducida resistencia interior. su capacidad de carga rápida y una característica plana de descarga. que encuentra aplicación especialmente en las herramientas alimentadas por acumuladores con unas potencias elevadas. Sin embargo, también existen inconvenientes como una auto-descarga relativamente elevada y unos mayores costes de adquisición en relación a los sistemas de plomo. Aparte de esto, en los acumuladores de NiCd puede producirse un efecto Memory, que reduce por ello la capacidad así como su rendimiento. La causa de este efecto Memory son unas constantes descargas parciales o bien unas prolongadas pausas de utilización (auto-descarga) con una carga que se conecta directamente (es decir, sin una descarga completa). En ambos casos cristaliza el electrolito en los electrodos y con esto impide el flujo de electrones en el elemento. Puede eliminarse este efecto mediante la descarga del acumulador, hasta una tensión final de descarga de 0,9 V, y una ulterior carga. El acumulador vuelve a recuperar de esta manera su plena capacidad. Un aparato de carga con un dispositivo incorporado de descarga puede evitar eficazmente el efecto Memory, de tal forma que en la actualidad pueden obtenerse ya 1.000 ciclos de carga o más. En cualquier caso, los acumuladores de NiCd no deben descargarse hasta por debajo de la tensión final de descarga.
El proceso de carga tiene lugar con una corriente constante, que puede ser, según el procedimiento de carga desde 1/10 de la capacidad nominal hasta el doble de la capacidad nominal. Dependiendo de esto, el tiempo de carga puede oscilar entre 14 y 16 horas y aprox. media hora. Para prevenir daños al acumulador, el proceso de carga debe finalizar con una tensión final de carga de 14,7 V (a 20ºC). Para este proceso de regulación la temperatura del elemento es un parámetro importante. Si se supera la tensión final de carga, el acumulador empieza a desprender gases. Una válvula de sobrepresión con auto-cierre impide que se produzca una sobrepresión inadmisible en el elemento y con ello que exista riesgo de explosiones. Tampoco es despreciable la auto-descarga dependiente de la temperatura del acumulador de NiCd: con un tiempo de almacenamiento de tan solo tres meses se pierde aprox. el 30% de la carga.

Hidruro metálico de níquel
Los acumuladores metálicos de níquel (NiMH). desarrollados hace pocos años, se diferencian de los acumuladores de NiCd esencialmente en que no poseen metales pesados tóxicos como plomo, cadmio o mercurio. En lugar de ellos se encuentran otros metales de la gama de las tierras raras: el cadmio en el electrodo negativo se sustituye aquí por una aleación metálica de níquel-titanio o niquel-lantanio. Estas aleaciones son excepcionalmente buenas para almacenar hidrógeno sin presión. Por medio de esto se obtiene una capacidad casi un 80% superior, en comparación con los sistemas de NiCd. A causa de su estructura, en los elementos de NiMH no se produce ningún efecto Memory. Al tener una tensión de elemento de 1,2 V son compatibles con los elementos de NiCd. La densidad de energía de los acumuladores de NiMH está situada aprox. en 55 Wh/kg - el doble del valor correspondiente para los elementos de NiCd. Los elementos de hidruro metálico de níquel pueden además almacenarse durante un tiempo mayor y soportan procesos de carga rápida. Como inconveniente debe tenerse en cuenta. que muestran una auto-descarga más elevada, son más sensibles frente a la sobrecarga y poseen una resistencia interior superior.

Ácido de plomo / Gel de plomo
Durante el proceso de carga se descompone agua en el acumulador de plomo y se "pierde" para el proceso electroquímico. La pérdida de agua que se produce debe compensarse, ya que la difusión de oxígeno en ácido sulfúrico es muy reducida y, por ello, en los acumuladores de plomo convencionales no se produce ninguna recombinación. Algo diferente sucede en los acumuladores de gel de plomo: en estos se inmoviliza el electrolito en un gel de ácido sulfúrico, agua y SiO2 y, con ello, queda encerrado fijamente en la carcasa del acumulador. Cada elemento dispone de una válvula, que deja salir al exterior el gas de hidrógeno que se produce. Al mismo tiempo no puede entrar oxígeno en el elemento desde el exterior. En un acumulador cerrado de gel de plomo, la descomposición del agua casi se compensa mediante la recombinación del oxigeno en la placa negativa. Para ello se forman unos canales, a través de los cuales puede llegar sin problemas hasta la placa positiva cl oxígeno, formado en la placa negativa. La pérdida de agua es aquí tan reducida. que no se limita la vida útil del sistema.
Los acumuladores de gel de plomo se cargan con una tensión constante, para evitar un escape de gases y con ello daños al acumulador. La corriente de carga se ajustan automáticamente al estado de carga del acumulador. La tensión nominal de un acumulador de plomo se obtiene de la cantidad de elementos, multiplicada por la tensión nominal de 2 V por elemento. Los inconvenientes del acumulador de plomo residen en su muy elevado peso, así como en un peor comportamiento capacitivo y de corriente de descarga. Sin embargo, su precio económico en muchos casos vuelve a compensarlo. Entre las aplicaciones de los acumuladores de plomo se encuentran por ejemplo las baterías de arranque, las fuentes de alimentación de corriente de emergencia y las iluminaciones de centros de trabajo. Los acumuladores de gel de plomo pueden encontrarse entre otros sitios, allí en donde se precisa un funcionamiento independiente de la posición y en donde es deseable como ventaja su reducida auto-descarga.

Iones de litio
Los elementos primarios de iones de litio, que contienen el metal alcalino no tóxico litio, existen desde hace ya varios años. Su electrodo positivo está formado por un carbono con contenido de grafito, en el que se separan iones de litio durante la carga. Por el contrario, el acumulador de iones de litio no se ha extendido hasta hace relativamente poco. Estos contienen una unión de litio-cobalto (en el futuro es posible que exista también una unión de litio-manganeso más económica). Debido a que el litio se encuentra en el extremo superior de La gama de tensiones electro-química, los acumuladores de litio entregan una tensión nominal superior a otros sistemas. Al mismo tiempo, el litio es un elemento muy ligero, de tal forma que con un peso y volumen del acumulador muy reducidos se obtiene una elevada densidad energética de aprox. 100 Wh/kg. Aparte de esto, entre sus ventajas se encuentran una auto-descarga reducida. Son posibles unos tiempos de almacenamiento de algunos años sin pérdidas de capacidad. Los elementos de iones de litio pueden cargarse con rapidez y no muestran ningún efecto Memory. Su tensión de elementos es tan elevada con 3,6 - 3,8 V, que en muchas aplicaciones basta con un solo elemento. Se dispone de unas densidades energéticas aún más elevadas, en los acumuladores que contienen litio en forma metálica (no como una sal). Estos acumuladores de nuevo desarrollo se descargan además de una forma relativamente constante durante todo su tiempo de descarga.

Álcali-manganeso
El elemento de álcali-manganeso es fundamentalmente una batería primaria. Sin embargo, desde hace unos tres años existen elementos de álcali-manganeso que pueden recargarse. Al igual que en el elemento primario, también en este acumulador se utiliza como electrolito el hidróxido potásico. E1 ánodo está formado por un núcleo de gel con polvo de cinc disuelto. Para el cátodo se utiliza una capa de dióxido de manganeso y grafito. En cuanto a sus características de descarga, el elemento secundario de álcali-manganeso es similar al elemento primario. La capacidad de los sistemas de acumuladores se corresponde con la de los elementos de NiMH. Los elementos no contienen ningún metal pesado tóxico y no presentan efectos Memory: pueden recargarse en cualquier momento de la descarga sin problemas y no precisan cargarse antes de la puesta en marcha. Su auto-descarga es extremadamente reducida. Sin embargo, en los elementos de álcali-manganeso no puede producirse una carga rápida.

 

BATERÍAS SMART

Se dice que un acumulador está dotado de "inteligencia" (como indica la palabra "smart") cuando dispone de un microchip. En este chip se han archivado datos técnicos e indicaciones para un proceso de carga óptimo. También aquí puede consultarse en cada momento la situación de carga, así como el tiempo de funcionamiento que le queda al acumulador antes de la carga siguiente. Otra información puede afectar al tiempo de carga y a un conteo de los ciclos de carga que ya se han producido. Una ventaja esencial de las nuevas tecnologías estriba en que, gracias a la información almacenada, los acumuladores de diferentes fabricantes pueden cargarse sin problemas en un único aparato de carga. Los fabricantes Duracell e Intel determinaron en 1994 las especificaciones para las "baterías smart".

 

MANIPULACIÓN DE BATERÍAS DE Li

Las baterías de litio (LiBs) reaccionan ante una manipulación inadecuada con una menor vida útil, por lo que aquí se ofrecen algunas indicaciones prácticas -en parte ya de uso común.

Montaje
• Debido a que el polvo y los cuerpos extraños pueden influir en los aislamientos de los electrodos, es importante que exista un entorno limpio para manipular los LiBs.
• Los lugares en los que puedan existir temperaturas elevadas, no son adecuados para el montaje de LiBs.
• Las baterías no deben colocarse sobre superficies conductoras, ya que en caso contrario existe el riesgo de que se produzcan cortocircuitos (véase a continuación). Si se coloca una placa conductora con una batería montada sobre una estera de espuma antiestática, se crea un circuito de descarga, que reduce la capacidad de la batería.

Cortocircuitos
• Después de un cortocircuito transitorio (por descuido), las LiBs necesitan tiempo, para recuperar su tensión de marcha en vacío. Aparte de esto, los cortocircuitos pueden reducir su capacidad eléctrica. En consecuencia, las LiBs sólo deben cortocircuitarse cuando sea imprescindible, por ejemplo durante una soldadura por inmersión.
• Las pruebas de tensión son difíciles. En donde sean necesarios, los medidores de tensión deben usarse con una resistencia de al menos 10 MOhm .