La frecuencia acústica de un señalizador (no su frecuencia eléctrica de trabajo) se expresa en hercios (Hz). El aumento de la frecuencia acústica (audiofrecuencia) produce una disminución de los decibelios de acuerdo con los siguientes datos:

  Pérdida de dB
hasta 300 Hz - 0 dB
de 300 a 1.000 Hz - 3 dB
de 1.000 a 2.000 Hz - 5 dB
de 2.000 a 4.000 Hz - 9 dB

Se denomina frecuencia grave aquella que manifiesta una baja valoración en Hz. (por ejemplo 300 Hz.) y se denomina frecuencia aguda a la que presenta valoraciones altas de Hz. (por ejemplo 2.000 Hz.)

La frecuencia grave es más tolerable en cortas distancias, pero su alcance audible siempre es mayor por estar sus ondas más espaciadas y por lo tanto mas difíciles de quebrar.
La frecuencia aguda produce una mayor sensación de sonido, pero su alcance es siempre más limitado por su menor capacidad para sortear los obstáculos que se le interponen.

La frecuencia grave, para crear ámbito de alarma, debe interrumpir en el entorno con variaciones de frecuencia, por lo que en las sirenas de largo alcance es necesaria la incorporación de moduladores (MP 14).