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DETECTORES DE GAS
Los detectores de gas disponen de una vida útil, siendo necesaria su substitución al finalizar ésta.
Los detectores de gas son elementos con duración limitada en tiempo. A partir de la fecha prevista de finalización de su vida útil, el detector puede comportarse de forma errónea, suponiendo falsas alarmas o, en el caso más desfavorable, la no detección de alarmas reales. Hay que seguir las instrucciones del fabricante para sustituir el aparato cuando finalice su vida útil.
Los detectores de gas deben ser limpiados con cierta frecuencia.
La limpieza del detector suele ser recomendable para asegurar la inexistencia de elementos sobrepuestos al sensor que reduzcan el efecto de detección. Ello es especialmente aconsejable cuando el sensor está localizado en la cocina, donde es fácil la acumulación de polvo y grasa.
Es imprescindible seguir las instrucciones realizadas por el fabricante para la limpieza del detector, para evitar el deterioro del sensor (por ejemplo, por la utilización de productos no aconsejables). En caso contrario, podrían originarse frecuentes falsas alarmas.
Se recomienda no utilizar aerosoles ni elementos con componentes alcohólicos en las cercanías del detector de gas.
En algunos casos, se ha comprobado que ciertos componentes pueden originar la detección de una falsa alarma. Por este motivo, se aconseja no utilizar nunca aerosoles, colonias y cualquier elemento que contenga componentes alcohólicos.
Se recomienda provocar periódicamente una alarma de gas para comprobar su correcto funcionamiento.
Se aconseja que se provoque una alarma periódicamente para probar la eficacia del detector de gas instalado y, asociadamente, comprobar que la correspondiente electroválvula de corte de suministro funciona correctamente (por ejemplo, que la membrana no se ha obturado por corrosión o falta de uso). La forma de provocar una alarma es diversa, siendo necesario consultar al fabricante del detector (existen gases especiales para ello).
Los detectores de incendio disponen de una vida útil, siendo necesaria su substitución al finalizar ésta.
Los detectores de incendio son también elementos con duración limitada en tiempo. A partir de la fecha prevista de finalización de su vida útil, el detector puede comportarse de forma errónea, produciéndose falsas alarmas o, sencillamente, no funcionar.
Los detectores de incendio deben ser limpiados con cierta frecuencia.
Dado que en un detector de incendio sólo es posible asegurar que actúa correctamente cuando es vital su uso (es decir, cuando hay un incendio), es necesario comprobar su estado periódicamente. Esta comprobación está fuertemente ligada con el ambiente en que esté instalado.
En ambientes limpios, bastará con una limpieza (eliminar polvo, grasa, etc.) y con una comprobación de su funcionamiento cada seis meses. Es preciso recordar que en una prueba de, por ejemplo, humo, es suficiente con una pequeña dosis de éste, (o un equivalente), dado que se pretende que estos aparatos actúen en el mismo momento de iniciarse el fuego.
En caso de mal funcionamiento, debe contactarse siempre con el proveedor o el fabricante para su limpieza profunda o reparación.
Se recomienda provocar periódicamente una alarma de incendio para comprobar su correcto funcionamiento.
Se aconseja que se provoque una alarma de vez en cuando para probar la eficacia del detector de incendio instalado, siguiendo las directrices mencionadas en la recomendación anterior.
Las sondas de humedad deben ser limpiadas con cierta frecuencia.
La limpieza de la sonda suele ser recomendable para asegurar una correcta detección, dado que son elementos que están permanentemente en contacto con el suelo.
A diferencia de los anteriores elementos, la limpieza de la sonda es muy sencilla al limitarse a eliminar la suciedad existente entre dos electrodos de contacto.
Se recomienda provocar periódicamente una alarma de escape de agua para comprobar su correcto funcionamiento.
Se aconseja que se provoque una alarma de vez en cuanto para probar que el sistema funciona correctamente y, en especial, para comprobar que la correspondiente electroválvula de corte de suministro funciona correctamente (por ejemplo, que la membrana no se ha obturado por corrosión o falta de uso). La forma de provocar una alarma es muy sencilla, bastando, en muchos casos, con provocar el paso de corriente entre los dos electrodos de la sonda.
ELECTROVÁLVULAS DE CORTE DE SUMINISTRO
Los comentarios que pueden apuntarse aquí han sido ya descritos en un punto anterior, dado que requiere provocar la existencia de una alarma (detección de fuga de gas o escape de agua), razón por la cual se obvia su repetición.
FILTRO PARA SUMINISTRO DE AGUA
Revisar periódicamente el estado del filtro de agua anterior a la electroválvula.
La finalidad del filtro de agua es proteger la membrana de la electroválvula de corte de suministro frente a la existencia de arenilla en las conducciones u otros elementos que pueden afectar al correcto funcionamiento de dicha membrana (por ejemplo, cal depositada). Esta particularidad puede darse con cierta frecuencia durante los primeros días de uso de una vivienda de nueva construcción. Periódicamente, deberá revisarse el estado del filtro y proceder a su lavado en caso oportuno, especialmente en zonas de aguas duras.
Verificar el correcto funcionamiento de la válvula antes de la temporada de calefacción.
En algunas partes del territorio español la temporada de calefacción puede reducirse a pocos meses del año. Como consecuencia de ello, las válvulas destinadas a la zonificación de la calefacción pueden estar sin trabajar durante largos períodos de tiempo. Para determinar si la membrana de la válvula está deteriorada por diversas causas (por ejemplo, por efecto de la cal), se recomienda que el instalador-mantenedor del sistema compruebe su correcto funcionamiento antes de la llegada de la próxima temporada de calefacción.