Las variaciones estacionales extremas de calor y frío son mayores que las que la mayoría de la gente puede soportar aún en las zonas templadas. Los márgenes de temperatura dentro de los cuales la gente se siente cómoda dependen en gran parte de la ropa que usa, el grado de actividad física y el contenido de humedad de la atmósfera, pero para las personas ocupadas en actividades ligeras puertas adentro, los márgenes siguientes indican de una manera general los límites de confort:

Invierno (ropaje normal) 18 - 23 °C
Verano (ropas livianas) 22 - 28 °C

El hecho de que los márgenes sean diferentes según se trate de invierno o verano se deben, en parte, al distinto ropaje, y en parte, a la modificación del metabolismo.

La consideración de estos márgenes de confort, indica que hay probablemente muy pocos lugares en cualquier país de zona templada en los que no se necesite algún tipo de acondicionamiento de aire (calefacción en invierno o refrigeración en verano) a lo largo del año. La calefacción invernal, por supuesto, es una costumbre de siglos, y muchas regiones clasificadas como templadas serían inhabitables sin ella. La refrigeración veraniega, aunque no absolutamente esencial para la existencia, es necesaria en muchas partes para el confort y la vida saludable.

El acondicionamiento del aire implica mucho más que el mero control de la temperatura. Son cuatro las condiciones atmosféricas que afectan al confort humano.



Fuente de información:

 SAUNIER DUVAL