Una bomba de calor que utiliza el aire exterior como fuente fría suministra tanta menos energía cuanto más baja es la temperatura y más elevadas son las necesidades de calefacción. En la figura se ha representado la variación en función de la temperatura y de la potencia disponible en el condensador. Generalmente no es deseable buscar satisfacer la máxima necesidad de calefacción mediante la bomba de calor únicamente; esta forma de actuar conduciría a sobredimensionar el equipo para utilizar totalmente la potencia disponible solamente algunos días por año.

Para evitar esta dificultad y limitar el coste de la instalación, dime_1.gif se eligen equipos que sólo pueden compensar una parte de las pérdidas térmicas del alojamiento cuando la temperatura exterior baja, de forma que conviene que intervenga una energía de apoyo desde el momento en que la temperatura exterior se hace inferior a un cierto límite. La intervención de un apoyo eléctrico hace "caer" el coeficiente de funcionamiento anual porque una parte de la energía eléctrica consumida no es "multiplicada" por el coeficiente de funcionamiento instantáneo antes de ser utilizada para calentar el aire interior reciclado.

Así pues, todo el problema del dimensionado radica en encontrar un justo equilibrio entre la parte de las necesidades anuales de calefacción satisfecha por la bomba de calor y el consumo de las resistencias eléctricas.


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